lunes, 23 de marzo de 2009

Bienvenido a la manada

“Tenés que tener celular, no puede ser”, repiqueteaba en la cabeza cada vez que se desencontraba con sus amigos o su novia. Varias veces le había pasado de tener que buscar frenéticamente un teléfono público decente, frente a la simple falla del timbre de una casa. Para qué lo voy a arreglar, si total todos tienen móvil, le decían todos.

Una noche fría, su amigo no le abrió la puerta, pese a los gritos que despertaron a todos los vecinos. Caminó un par de cuadras soplando humo, como si estuviera fumando. Llegó al público, se apoyó el tubo en la oreja. Un líquido pegajoso comenzó a recorrerle el lóbulo. Lo miró y era verde y consistente como una aguaviva. Ese día decidió ingresar mansamente a la manada de hombres y mujeres que cada 15 minutos miran la pantalla de su celular como si estuvieran por recibir la llamada de su vida.

1 comentario:

Nahuel dijo...

¿Para qué? Si todos tienen un Blog con comentarios?


Menos mal que volviste