martes, 15 de septiembre de 2009

Hoguera

Por las tardes los edificios escupían humo negro desde las terrazas. Eran los libros y los sueños incinerados, que no pudieron escapar a la debacle y murieron en las hogueras. Las bibliotecas vacías se disimularon con fotos de ausentes y best sellers de moda. Mientras tanto, en la tierra los hombres siguieron con su rutina como si nada raro pasara y el humo negro fuera parte del cambio climático.

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